Volvió Progreso a Primera, sin ese símbolo del "Gaucho" que fue el "Pistola" Daniel Marsicano mirándolo desde la tribuna, pero con un señor jugador en el campo de juego: Fabián Canobbio. Y el regreso del equipo de La Teja fue con un gran triunfo por 2-0 de visitante ante Cerro. "El partido lo ganamos en el primer tiempo, en el que hicimos los dos goles. Luego nos dedicamos a cuidar la ventaja en una cancha que estaba imposible", expresó Canobbio, la figura del campo manejando su exquisita zurda, que dejó servido el segundo tanto a Gustavo Alles.
Se llevó en forma más que justificada la victoria el conjunto dirigido por Leonardo Ramos, porque fue el que mejor se asentó a un campo de juego intransitable, sumamente pesado por el agua y el barro, a lo que se sumó un pasto muy alto. Extrañamente se adaptó mejor a esas circunstancias el visitante que el local. Con un gran trabajo de Renzo Pozzi en la mitad del terreno, Canobbio administrando con maestría los avances (metió pases cuando debió hacerlo y encaró apilando rivales cuando le faltó compañía) y el apoyo de Silvio Dorrego por el lateral zurdo, Progreso se adueñó del trámite del partido rápidamente, ante un conjunto albiceleste que salió con cuatro hombres netos de ataque (César Faletti, Mauricio Alonso, Gonzalo Montes, Mauricio Alonso y Ramón Valencio) pero que no tuvo profundidad, al extremo de que no exigió al portero rival en los 90 minutos.
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