Uno es copero, pero es el otro el que está copado. Independiente sufre su presente, mientras Liverpool lo disfruta y el juego de esta noche entre ambos enfrentará sus disímiles realidades.
El negriazul llega a Avellaneda con la humildad obligada en un club que no ostenta trofeos en sus vitrinas. El plantel de Belvedere entrará a un escenario que se enorgullece en llamarse Libertadores de América. Pero las copas que desbordan la rica historia de Independiente son hoy pesados ladrillos que el actual equipo arrastra en cada paso. Independiente es el "Rey de Copas", pero el momento le sonríe a los uruguayos.
Con un plantel corto, muy corto, pero de enorme gallardía, Julio César Antúnez ha llevado a Liverpool a una clasificación histórica en la Copa Sudamericana y hoy, sin Paulo Pezzolano ni Pablo Melo, buscará extender la alegría del pueblo negriazul.
La baja del zaguero resulta incómoda en un equipo que no cuenta con muchas variantes en la última línea, donde esperan la puesta a punto de Gonzalo Godoy y la recuperación total de Maximiliano Arias. Cristian Silvera ha dado una mano en la zona, pero su falta de experiencia y la baja forma de Nelson Semperena le han hecho pasar malos momentos a Matías Castro, de excepcional temporada.
Aún ante un rival con gigantescos problemas para encontrar el arco rival -Independiente lleva cuatro goles en ocho juegos en el Torneo Inicial, aunque anotó tres en la llave de la Sudamericana ante Boca- Antúnez no se confía. Para suplir la talentosa zurda de Pezzolano (lesionado) le da ingreso a Marcelo Mansilla, un jugador con más vuelta que ida, con el que formará dos líneas de cuatro sólidas, ancladas siempre por la experiencia de Carlos Macchi y el despliegue de Lucas Tamareo
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